Desde que nace nuestro primer hijo se abre una nueva y apasionante etapa en nuestra vida. Numerosos cambios nos esperan. No solo en nuestro cuerpo, en nuestros hábitos, en nuestra rutina… sino también en nuestros sentimientos. Nace en nosotros un vínculohacia nuestro hijo nuevo y una necesidad de protegerle, cuidarle, quererle, y sobre todo, hacerle feliz.
Vamos viendo cada día cómo va evolucionando, cómo va atendiendo a lo que nosotros le decimos, cómo se queda atento a nuestras rimas, canciones, cuentos y palabras.
Entonces… ¿por qué no comenzar a leerle un cuento?
Nunca es demasiado pronto para comenzar a leerle en voz altaa nuestro hijo. Porque con ello le abrimos la puerta a un nuevo y apasionante mundo. Le vamos a ayudar a establecer las primeras bases para llegar a ser un lector competente. Y a la vez, nos sirve para mostrarle todo nuestro afecto y poder desde pequeños trabajar el mundo de las emociones.
La lectura esel alimento para el alma. Leer nos abre al mundo. La lectura se comporta como un cofre de los tesoros.
Pero… ¿el niño entiende lo que le contamos? ¿Disfruta de lo que le decimos?
Ya desde el primer día nos dirigimos a él con un lenguaje cariñoso, cercano, seguro. Y eso tiene un efecto positivo en el niño. Nuestras palabras, canciones, susurros, le tranquilizan, le gustan. Desde que nace, el bebé siente y está preparado para recibir afecto. El niño nota el tono de nuestra voz, el cariño en nuestras palabras. Le gustan las rimas, canciones y cuentos que le contamos. Disfruta cuando le demostramos lo que sentimos hacia él.
Y si le leo a mi hijo, ¿le estoy ayudando a que más adelante se convierta en un buen lector?
Cuando nace un niño, su cerebro no está preparado para leer. No hay ninguna área cerebral específica de la lectura. Es lo contrario de lo que ocurre con el lenguaje, o con la vista. Normalmente, un niño va a hablar solo, por imitación o estímulo de los que le rodean. Esto, no pasa con la lectura. Para aprender a leer, al niño hay que enseñarle. Se tienen que crear circuitos neuronales complejos que conectan distintas áreas cerebrales. Este proceso no es fácil. Hay niños que tardan más y otros que tardan menos.
Muchos estudios han demostrado que para ayudar a esta tarea hay que iniciar a nuestros hijos en la lectura desde etapas muy precoces. No es solo para trabajar sus afectos y mejorar su vocabulario, sino también para ayudarles a que más tarde aprendan a leer de forma correcta. Esto les ayudará a progresar adecuadamente en la escuela y a tener una buena autoestima.
¿Cada cuánto tiempo debería leerle en voz alta a mi hijo?
Si se logra que el hábito de la lectura sea a diario, como una de las rutinas en el cuidado de nuestro hijo, tendrá muchos beneficios sobre él. Así como intentamos acostumbrarlo a un horario de alimentación, a bañarlo más o menos a la misma hora, etc, sería muy positivo buscar la rutina de la lectura en voz alta. Podría ser antes de dormir. Ya cuando él va siendo un poco mayor, seguro que buscará otros ratos para hacer lo que con gran probabilidad se va a convertir en algo que le apasiona: leer un cuento.
Y… ¿cuánto tiempo debo leerle?
Tan sólo una rutina de unos quince minutos al día le ayudará a convertirse en lector competente.
La lectura en voz alta actúa como una preparación. Pero también una lección. Si habitualmente leyéramos en voz alta álbumes, cuentos, poemas… garantizaríamos que todos los niños tuvieran contacto con el lenguaje escrito antes de entrar en la escuela. Mucho antes de comenzar formalmente el aprendizaje de la lectura y la escritura. Y ese contacto con la lectura se produciría además en una época clave y en un ambiente afectuoso. Sería en el mejor momento, cuando más lo necesitan, en el momento inaugural. Un momento donde podemos subirnos con ellos a una nave espacial y ayudarles a descubrir lo desconocido.
Copiado de la web www.familiaysalud.es
0 comentarios