- LOS PADRES DEBEN EDUCAR LA VOLUNTAD Y LOS SENTIMIENTOS DE SUS HIJOS.Ā
Preparar a un hijo para la vida no es satisfacer todas sus voluntades y todos sus caprichos es enseñar a que tendrÔ que renunciar a ciertas cosas por su bien, tendrÔ que aprender a escuchar un «no» cuando sea necesario.
Esa renuncia debe ser siempre comprendida y aceptada libremente por él, comprendiendo racionalmente el porque de esa negación de sus padres. Si no aprende ahora a decir no a lo permitido, luego no sabrÔ decir no a lo prohibido.
El exceso de mimos echa a perder a los niƱos; los hijos muy mimados sufren mucho en la vida. VivirĆ”n siempre alterados e inseguros.Ā El exceso de mimos, de censuras, crĆticas y castigos es la principal causa de inseguridad en los jóvenes.
Los grandes hombres de la historia soportaron pruebas y privaciones en la vida. Poco se puede esperar de los hombres que nunca supieron lo que son privaciones, renuncias y sacrificios. Los que reciben todo en la infancia no sabrÔn dar nada como adultos.
- LA CĆLERA ES NOCIVA PARA LA EDUCACIĆN DE LOS HIJOS.
La ira nos lleva a decir palabras sin pensar y a actuar irreflexivamente.
El hablar sin pensar y el actuar sin reflexionar pueden lastimar, herir, ofender y llevar a cometer injusticias.
Habla con tu hijo con calma y ten actitudes ponderadas.
La cólera, la ira, la falta de dominio pueden hacer que se cometan desatinos.
Muchos padres, llevados por la ira del momento, hieren el corazón de los hijos con palabras semejantes a éstas:
«Tú no sirves para nada.» «Maldita la hora en que te engendré.» «Tú eres la vergüenza de la familia.» «Tú no vales nada.» «”Tú eres un hijo indigno! «
Después, cuando estÔs en calma, reflexionas y te arrepientes. Pero serÔ demasiado tarde. Las palabras ya fueron dichas y el corazón de tu hijo ya fue herido.
Piensa antes de hablar y reflexiona antes de actuar.
A un corazón herido siempre le queda una cicatriz.
No hables sin pensar y sin medir el alcance de tus palabras.
No hagas un gesto sin medir las consecuenclas.
Tu hijo es un tesoro que merece todo el amor, respeto y cariƱo; es un tesoro de la vida entregado en las manos de los padres.
- EL SECRETO QUE UN HIJO CONFĆA AL PADRE O A LA MADRE DEBE SER COMO UNA PIEDRA LANZADA AL MAR. SE ESCONDE EN EL FONDO, NADIE LA VE.
SĆ© siempre discreto, guarda en lo profundo del corazón el secreto de tu hijo. La confianza, una vez. perdida, difĆcilmente se recupera.
Un joven comienza a desorientarse desde el momento en que pierde la confianza en sus padres. Mientras los hijos confĆen en los padres, tendrĆ”n siempre una luz que los ilumine, una guĆa que los conduzca y, una brĆŗjula que los oriente.
- LA MEJOR ESCUELA DE LA VIDA ES EL EJEMPLO DE LOS PADRES.
Los hijos precisan mƔs los ejemplos que las enseƱanzas.
Los padres no les pueden exigir virtudes y cualidades que ellos no tienen. Vigilando sus propias obras, los padres estarĆ”n construyendo la moral de sus hijos. ĀæQuĆ© ejemplos les das? ĀæA ti te gustarĆa que tus hijos hicieran lo que tĆŗ haces?
- LA MISIĆN DE LOS PADRES ES ORIENTAR, ESCLARECER, AMAR, COMPRENDER, INCENTIVAR.
Actuar asà es darle la oportunidad a tu hijo para que se afirme en la vida. El amor que los hijos reciben de los padres y la confianza que éstos depositan en ellos es para los jóvenes un seguro amparo de vida.
- EL DESAHOGARSE ES UNA NECESIDAD PSICOLĆGICA DE TODA PERSONA.
Tu hijo muchas veces estÔ psicológicamente agobiado y siente la necesidad de desahogarse. Precisa decir lo que siente.
Escucha con paciencia y benevolencia su desafĆo, aunque hable en forma agresiva e irritada.
Aprende a escuchar con paciencia y atención el desahogo de tu hijo y evitarÔs muchas discusiones, desavenencias y contrariedades.
Deja que tu hijo diga todo lo que siente y, cuando estƩ en calma, estarƔ en condiciones de razonar y reconocer el error.
Comparte las dudas, angustias y problemas de tu hijo y Ʃl serƔ tu amigo.
- SABER ESCUCHAR EN SILENCIO ES UNA VIRTUD QUE LOS PADRES TAMBIĆN DEBEN TENER.
Antes de contradecĆr a tu hijo, escucha, analiza y trata de comprender lo que Ć©l quiere decir. Y despuĆ©s habla, pero con amor.
Cuando los padres se precipitan en responder o en contradecir al hijo, pueden cometer una injusticia o interpretar de modo incorrecto, y esto suscita la rebeldĆa del hijo.
Deja que tu hijo hable y oiga pacientemente, y sólo después habla, analiza, medita y dialoga con él.
Una persona irritada no estĆ” en condiciones de oĆr y comprender.
- DEJA QUE TU HIJA HABLE, SĆLO ESCUCHA.
DespuƩs dialoga calma y serenamente con ella. Tal vez ella diga muchas cosas equivocadas, pero analizƔndolo bien encontraremos muchas verdades entre los errores.
Apreciar y valorizar lo bueno da mejores resultados que seƱalar y condenar de inmediato lo equivocado. A nadie le gusta ser refutado y censurado al instante.
Muchos padres no defienden la verdad, pero si sus puntos de vista para que prevalezcan sobre los puntos de vista de sus hijos.
El hijo no es un adversario a combatir, sino un amigo a conquistar. Y para conquistar nada mejor que saber oĆr.
- TU HIJO PRECISA CONSEJOS Y RECOMENDACIONES, PERO DEBEN SER BIEN DOSIFICADOS, DADOS CON AMOR Y BONDAD.
Una andanada de consejos y recomendaciones irrita y satura. El exceso, en lugar de producir efectos positivos, trae resultados negativos. Da a tu hijo los consejos mÔs útiles y prÔcticos, no los mÔs agradables. Dale un consejo como una sugerencia y no como una imposición.
10. Ā”CUĆNTOS JĆVENES AĆN NO DESCUBRIERON EL VERDADERO SENTIDO DE LA VIDA!
Viven y no saben por quĆ©. Estamos en este mundo para amar y hacer el bien, el amor nos une unos a otros y todos unidos amaremos a Dios. El amor siempre trae unidad y conlleva a hacer obras de bien. Una vida sin amor es una vida vacĆa y sin sentido.
La vida nos es dada para crecer siempre mƔs en el amor y para engrandecernos a travƩs de la prƔctica del bien.
Educar no es sólo combatir el mal, seƱalar y censurar los errores; educar es sobre todo Ćncentivar el bien, impartir buenas costumbres, valorizar las buenas obras y estimular.
El exceso de crĆticas y de censuras elimina el incentivo y el deseo del bien. Pero apreciar y valorĆzar las cosas buenas estimula y anima a proseguir el camino del bien y a mejorar. El exceso de crĆticas y censuras lo vuelve inseguro, angustiado y alterado.
SeƱala con amor los errores de tu hijo, aprecia sus virtudes, incentiva el bien y valoriza sus buenas acciones.
Que la crĆtica, la censura y la reprensión sean siempre constructivas y no destructivas. Que sean siempre positivas y no negativas.
- Recordar errores pasados y ya perdonados, desestimula y desanima. No es agradable oĆr siempre la misma queja, oĆr siempre la misma melodĆa de las personas que persisten en tocar la misma tecla.
- Olvida los errores cometidos por tu hijo en el pasado, e incentiva el bien en el presente, valorizando sus buenas acciones, por pequeƱas que sean.
- Y asĆ, si Ć©l fuera malo, tratarĆ” de ser bueno, y si fuera bueno se esforzarĆ” para ser mejor.
- EncomiĆ©ndate cada dĆa al EspĆritu Santo para que te ilumine en cómo educar a tus hijos de la manera mĆ”s adecuada.
AUTOR: Web católica de Javier
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